El miedo es la pandemia, el enemigo está afuera no en casa. Guardar nuestras furias para la lucha creativa, no para inútiles guerras cotidianas contra el que duerme a nuestro lado, o para el que es nuestro amigo. De qué sirve sembrar la desesperanza y el desamor entre nosotros.
Reconozcámonos entre nosotros, aliémonos, hagamos fuerza contra el núcleo de las injusticias, hagamos fuerza para nuestra propia transformación.
El guerrero amoroso no destruye el camino a su paso.
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